El fantasma de las tormentas “Noel” y “Olga” sigue merodeando la provincia de San José de Ocoa, porque muchos de los daños que causaron se mantienen, como el aislamiento de comunidades, el deterioro de los caminos vecinales , el peligro de la carretera principal, la falta de apoyo económico a los agricultores y la ausencia del gobierno para enfrentar esos males.
Los ocoeños de los municipios y comunidades no han podido cerrar las heridas dejadas por las riadas embravecidas que desnudaron su miseria, se llevaron parte de su gente y agudizó los niveles de pobreza que por años han padecido. El ruido de los ríos sigue siendo el sonido aterrador de la muerte y destrucción que se mantiene latente en la mente de muchos de los ocoeños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario